La conferencia versaba sobre "espacios para la cultura", todo un ejemplo de cómo, tras el efecto Guggenheim en Bilbao, todas las ciudades que se precien desean tener un producto cultural para atraer turistas: la cultura como producto comercial, en lugar de una necesidad básica a cubrir.
La sala de la conferencia, era la sala más grande del Palacio de Bellas Artes, ahora llamado Bozar, construido por Victor Horta en un estilo más sobrio que el acostumbrado. La sala estaba a rebosar, todo fue megalómano y quizá por crear tanta expectativa e imagen, el contenido dejó un poco que desear. El ambiente era completamente diferente del de las conferencias gratuitas de Recyclart, que se desarrollan en una sala no muy grande, en la trasera de un bar, debajo de las vías del tren, por lo tanto con ruido y otros defectos, pero donde el contenido es mucho mejor.
En fin, hablando del contenido de la conferencia, Neutelings contó algunos proyectos muy buenos, de los cuales conocía alguno gracias al Croquis, donde los vi en fase de estudio (en maqueta) y en la conferencia los enseñó ya realizados. Estos proyectos, como el Teatro de Leuven, me atrajeron en su momento por la idea de base, que es siempre el hacer una plaza pública en parte del proyecto, y de trabajar con pequeños elementos a modo de micro-ciudad. Neutelings y Riedijk intentan siempre hacer a la ciudad partícipe del proyecto, como buenos holandeses, hijos quizá de los ideales de mi querido Hertzberger.
Tienen varios proyectos en Bélgica, no todos realizados, como el Concert Hall de Brujas, o el foro de música de Gante. Todos espacios culturales, como requiere la conferencia, y que a medida que ésta va avanzando, de manera más o menos cronológica, los proyectos se van dando cuenta de las posibilidades comerciales de la cultura y por tanto prostituyendo.
Así, como todo holandés que se precie hoy en día (véase OMA y MVRV), y más en una conferencia sobre espacios para la cultura, también tienen proyectos menos sociales, menos abiertos y más caraduras. El ejemplo que escandalizó al público, al menos la parte con la que hablé, fue un casino para la ciudad costera belga de Knokke, en forma de huevo de fabergé, muy pomposo, brillante, a modo de "señal en el territorio". Odio las "señales", los efectos megalómanos, los llamamientos de atención, los gritos en arquitectura. No creo q para que un proyecto sea bueno se tenga que hacer esto. Quiza por ello nunca haré un casino, ya que al parecer, eso es lo que necesitan.
Como no pudieron vender el casino a Knokke, lo han reciclado con mucha jeta para la ciudad de Las Vegas, queriendo establecerse en medio del Strip para, de una manera muy bien descrita por Venturi, seguir pegando gritos y diciendo en voz alta "eh soy un casino!". Todo esto me iba recordando cada vez más la conferencia de hace 2 años en el mismo Bozar de MVRDV, en la que presentaron torres horizontales con patas gigantes de hormigón que tapan la vista de los pobres vecinos, y otras barbaridades suyas, siempre entre medias de proyectos muy buenos, que les hacen ganar su puesto en las revistas. Hubo un tiempo en el que me gustaban pero esa conferencia me cambió un poco las ideas, además de su edificio en San Chinarro...pero eso es tema para otro post.
Ahora veo que por este recorrido cada vez más en la teoría YES de Koolhas, había perdido la pista de Neutelings & Riedijk estos años. Seguiré mirando mi viejo Croquis, testimonio de una época en la que los holandeses hacían más dibujitos graciosos y tenían menos morro.
La sala de la conferencia, era la sala más grande del Palacio de Bellas Artes, ahora llamado Bozar, construido por Victor Horta en un estilo más sobrio que el acostumbrado. La sala estaba a rebosar, todo fue megalómano y quizá por crear tanta expectativa e imagen, el contenido dejó un poco que desear. El ambiente era completamente diferente del de las conferencias gratuitas de Recyclart, que se desarrollan en una sala no muy grande, en la trasera de un bar, debajo de las vías del tren, por lo tanto con ruido y otros defectos, pero donde el contenido es mucho mejor.
En fin, hablando del contenido de la conferencia, Neutelings contó algunos proyectos muy buenos, de los cuales conocía alguno gracias al Croquis, donde los vi en fase de estudio (en maqueta) y en la conferencia los enseñó ya realizados. Estos proyectos, como el Teatro de Leuven, me atrajeron en su momento por la idea de base, que es siempre el hacer una plaza pública en parte del proyecto, y de trabajar con pequeños elementos a modo de micro-ciudad. Neutelings y Riedijk intentan siempre hacer a la ciudad partícipe del proyecto, como buenos holandeses, hijos quizá de los ideales de mi querido Hertzberger.
Tienen varios proyectos en Bélgica, no todos realizados, como el Concert Hall de Brujas, o el foro de música de Gante. Todos espacios culturales, como requiere la conferencia, y que a medida que ésta va avanzando, de manera más o menos cronológica, los proyectos se van dando cuenta de las posibilidades comerciales de la cultura y por tanto prostituyendo.
Así, como todo holandés que se precie hoy en día (véase OMA y MVRV), y más en una conferencia sobre espacios para la cultura, también tienen proyectos menos sociales, menos abiertos y más caraduras. El ejemplo que escandalizó al público, al menos la parte con la que hablé, fue un casino para la ciudad costera belga de Knokke, en forma de huevo de fabergé, muy pomposo, brillante, a modo de "señal en el territorio". Odio las "señales", los efectos megalómanos, los llamamientos de atención, los gritos en arquitectura. No creo q para que un proyecto sea bueno se tenga que hacer esto. Quiza por ello nunca haré un casino, ya que al parecer, eso es lo que necesitan.
Como no pudieron vender el casino a Knokke, lo han reciclado con mucha jeta para la ciudad de Las Vegas, queriendo establecerse en medio del Strip para, de una manera muy bien descrita por Venturi, seguir pegando gritos y diciendo en voz alta "eh soy un casino!". Todo esto me iba recordando cada vez más la conferencia de hace 2 años en el mismo Bozar de MVRDV, en la que presentaron torres horizontales con patas gigantes de hormigón que tapan la vista de los pobres vecinos, y otras barbaridades suyas, siempre entre medias de proyectos muy buenos, que les hacen ganar su puesto en las revistas. Hubo un tiempo en el que me gustaban pero esa conferencia me cambió un poco las ideas, además de su edificio en San Chinarro...pero eso es tema para otro post.
Ahora veo que por este recorrido cada vez más en la teoría YES de Koolhas, había perdido la pista de Neutelings & Riedijk estos años. Seguiré mirando mi viejo Croquis, testimonio de una época en la que los holandeses hacían más dibujitos graciosos y tenían menos morro.
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