viernes, 4 de mayo de 2012

Programa de rehabilitación urbanística, Bruselas

En estos momentos estoy trabajando en un Contrat de Quartier (contrato de barrio), es decir, un programa de rehabilitación de un barrio de Bruselas al que se le dan fondos para renovar o construir espacios públicos, edificios públicos (escuelas, guarderías...) pero también se dan ayudas a privados.
Estos programas se crearon a mediados de los años 90 y son un ejemplo para muchos en Europa por su voluntad de incluir la participación ciudadana mediante consulta popular durante la elaboración del proyecto y no una vez que ya está hecho para ver si "gusta a la gente". En los nuevos Contrat de Quartier se les ha añadido el adjetivo (tan de moda que va perdiendo adeptos) "sostenible" (durable) porque se pretende incluir en ellos la visión de los tres pilares del desarrollo sostenible: lo ecológico (el que primero viene a la cabeza), lo económico y lo social (que se suele relegar a consulta y no a una real participación). Para asegurar la tarea de éste último pilar, se ha designado a un estudio especializado en el tema, que colaborará con nosotros recaudando información sobre los que los habitantes y usuariosdel barrio quieren como proyecto y en qué se pueden implicar.
Mi trabajo consiste en analizar, junto con dos arquitectos y una socióloga, el estado actual del barrio, diagnosticar los problemas y elaborar un documento que indique cómo y dónde poner la prioridades (y el dinero). Se trata de un análisis DAFO (debilidades, fortalezas, amenazas y oportunidades) muy utilizado en urbanismo, aunque normalmente en su versión inglesa (SWOT) o francesa (AFOM) en mi caso.
El barrio de Albert se encuentra en la parte topográfica más alta de Bruselas, cerca de lo que llaman la altitud 100. Efectivamente, Bruselas no tiene una topografía muy elevada respecto al nivel del mar, subiendo lentamente sólo cien metros, a lo largo de los 120 km que la separan del mar. 
Pero en la misma ciudad los cambios de topografía son bastante bruscos, lo que hace que se creen barreras físicas entre los diferentes barrios, creando también límites sociales asociados a ellas. El caso del Canal de Bruselas como barrera física pero también social es característico: casi todas las cifras apuntan una gran polaridad entre un noroeste pobre y un sureste rico (importante generalización pero que ilustra bien el problema). El barrio de Albert se encontraría en la parte "rica" de la ciudad, pero afinando el análisis veremos que incluso en una parte tan pequeña de la ciudad, aún hay barreras y diferencias que deberemos salvar con el proyecto. 

De momento nos encontramos en la fase de análisis y diagnóstico sobre lo estado actual. A finales de mayo os contaré el resultado y empezaremos la fase de propuesta. Muchas sorpresas caben todavía!