domingo, 10 de enero de 2010

Visitas guiadas (?!) por espacios alternativos?, Berlin

La segunda vez que estuve en Berlín, en septiembre de 2009, 7 años después de mi primera visita con la Escuela de Alcalá, las cosas habían cambiado. Cuando la visité la primera vez, me produjo un efecto impresionante. Había estudiado su disposición urbana y escrito un artículo para la revista de la escuela, principalmente sobre la configuración de su espacio público. El efecto impresionante fue el toparme con una realidad muy diferente a la que había visto en los libros, osea que al final, Berlín es una ciudad cambiante: 2 veces que he ido, 2 realidades distintas.
Antes de aquel primer viaje, estudiamos la Postdammer Platz: espacio público importantísimo de Berlin, donde se colocó el primer semáforo del mundo, para regular el ajetreado tráfico del momento: coches de caballos, tranvías, (mucha) gente a pie, bicicletas, carretillas...En cambio cuando llegamos allí, no había nadie en la plaza. El semáforo ya no regulaba nada, estaba ahí más de monumento que otra cosa. Entonces, ¿y la gente? bajo tierra en el metro, o en el novísimo (por aquel entonces) edificio de Sony. Ya no había cruce, intercambio, ajetreo, mercado al aire libre, nada!. Ahí empezo todo, el espacio público como lugar de comercio. El resto del viaje giramos entorno a la plaza, por la zona del Kulturforum, donde está el siempre actual museo de Mies Van der Rohe, el Neue Nationalgalerie, y mi biblioteca favorita: la Biblioteca Nacional de Hans Scharoun.

En el segundo viaje, hace unos meses, la zona del Kulturforum ya no era tanta atracción turistica. Ahora lo que mola es la "visita guiada por los espacios alternativos"!!! A ver, espera, que me he perdido algo...¿como? si un sitio es "alternativo" no puede tener visita guiada! Pues sí, en Berlín si. La frase la he sacado realmente de un folleto que proponía visitas guiadas...alucinante.

Las dos veces que he estado en Berlin han sido, por coincidencia, cruciales. La primera el centro okupa o "squat" Tacheles acababa de ser ocupado, no estaba muy organizado, y pasar por allí era realmente estar en un lugar "alternativo" que seguía la corriente de famosísimos squats berlineses como la Köpi o la RauchHaus. La calle estaba mal iluminada y la zona no era de paso de turistas: los restaurantes y hoteles quedaban cerca pero no de paso.
Ahora, el Tacheles es un centro de arte con restaurantes turísticos en frente, patio interior con conciertos y fiestas y bar de mojitos. Ya no queda nada del misterio. Es como en Londres, los turistas se hacen fotos con los grafitteros debajo del South Bank. El otro día leí un artículo en el Courrier International sobre este mismo tema: la desaparición de los edificios okupas o la reconversión en centros de arte con contrato.