Hoy he pasado cerca de un colegio de mi barrio donde estaban haciendo una encuesta pública sobre las necesidades del barrio: una consulta sobre el Contrat de quartier de la Blyckaerts, plaza cercana a mi calle.
Los Contrat de quartier son planes de rehabilitación de cada barrio con los que se pretende atacar punto por punto los problemas locales. Para ello, nadie mejor que los habitantes del barrio en cuestión, para ayudar a los planificadores a saber las necesidades y carencias.
Asi, tras un breve trabajo de análisis por parte de los arquitectos de Urban Platform, que son los que llevan este plan en concreto, la consulta pasa a los ciudadanos mediante votos sobre papel pero también gracias al encuentro distendido entre los diferentes actores.
Paneles, mesas, bancos para tomarse un refresco, zona de truque de libros...todo favorece el intercambio de ideas y facilita la comunicación, mucho más que una simple cruz en un papel. El sistema de votos se hace en base a un presupuesto.
Se sabe que hay un total, representado por 12 fichas, que corresponden a los votos que se pueden dar. Así, los proyectos de mobiliario urbano costaban entre 2 y 3 fichas, los de arte en la calle 1, una guardería 4...votando de esta manera hasta hasta completar las 12 fichas.
Yo al final, he barrido para casa, que en mi caso es barrer para fuera, votando por el espacio público de calidad.
Los Contrat de quartier son planes de rehabilitación de cada barrio con los que se pretende atacar punto por punto los problemas locales. Para ello, nadie mejor que los habitantes del barrio en cuestión, para ayudar a los planificadores a saber las necesidades y carencias.
Asi, tras un breve trabajo de análisis por parte de los arquitectos de Urban Platform, que son los que llevan este plan en concreto, la consulta pasa a los ciudadanos mediante votos sobre papel pero también gracias al encuentro distendido entre los diferentes actores.
Paneles, mesas, bancos para tomarse un refresco, zona de truque de libros...todo favorece el intercambio de ideas y facilita la comunicación, mucho más que una simple cruz en un papel. El sistema de votos se hace en base a un presupuesto.
Se sabe que hay un total, representado por 12 fichas, que corresponden a los votos que se pueden dar. Así, los proyectos de mobiliario urbano costaban entre 2 y 3 fichas, los de arte en la calle 1, una guardería 4...votando de esta manera hasta hasta completar las 12 fichas.
Yo al final, he barrido para casa, que en mi caso es barrer para fuera, votando por el espacio público de calidad.
3 comentarios:
Es curiosa la diferencia cultural respecto a los ciudadanos y su impacto en la arquitectura de su entorno. Todavía no me acostumbro a la idea de que los vecinos tengan algo que decir y puedan bloquear el aspecto que le quiera dar a mi casa, pero me gusta ver que se fomenta la participación ciudadana para tomar decisiones políticas.
Hola Ramón,
quizá me he explicado mal. No tiene nada que ver con decidir el aspecto de tu casa, sino con decidir qué se necesita en el barrio: guardería, zonas verdes, centro social, ambulatorio, parques para niñnos, pistas de deporte...
Y quien decide el aspecto de tu casa es la junta de urbanismo, y en todo caso la junta de vecinos si se necesita un consenso entre los habitantes del immueble.
Un vecino de cuatro calles más abajo no te va a decir si tu fachada tiene que ser verde o azul.
Pero un funcionatio de urbanismo, en base a criterios de unifprmidad urbana y otras normativas, sí puede decir qué se hace y qué no.
Espero haberlo explicado mejor...
Muchas gracias por tu comentario!
Muchas gracias por tu comentario, le echaré un ojo.
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